"Cada vez que me escribís me ordenás, me definís, soy un despelote inmenso y desbordado y si te leo se me acomoda un poco todo. Me preguntás cómo voy con el reporte y me acuerdo que lo tengo ahí tirado, abandonado, y me pongo a terminarlo a cuatro manos para contarte que lo hice, que voy bien. O cómo están los abuelos y me doy cuenta que los tengo descuidados y bajo a comprarles un pan con pasas o alguna cosa rica y me quedo un rato largo escuchándolos aunque le entiendo la mitad de lo que dicen, de donde son ellos se habla muy distinto y además ya están viejitos. Mañana tengo que ir a Saint Germain porque creo que se viene otra salida pronto, apenas sepa te aviso, tenés que crearte una cuenta de correo para que sea más simple, aunque me gusta escribirte pienso que sería más ágil. Está haciendo mucho frío y sigo sin estufa, espero que salga el viaje así no paso otro invierno congelada. Mañana te sigo escrbiendo, tengo las manos heladas."