Hoy hablé de vos mientras acompañaba a Elita hasta su casa.
Fue apenas un segundo.
Pasamos por Cortazar y me acordé cuando te ayudaba a estudiar a Jan Hus, a Jerónimo de Praga, a Zizka el Tuerto y a todos esos ñatos de la Reforma Protestante.
Le sacaron en capitoné de cuero rojo a los sillones y le pusieron unos horrendos listones de madera.
Cambio y fuera.