Denunciar abuso

Etiquetas

Ir al contenido principal
Mostrando entradas de abril, 2022

Never again is what you swore the time before

Te estoy viendo. Tres palabras, trece letras, y todos los espacios en el medio. Vos, casi invisible, como siempre. Me gusta no esconder. Han sido tiempos malos y también lo he compartido. Ahora hay algunos remolinos y ahí están, todo a la vista. Por eso es raro recibir apenas tres palabra…

Que nadie mida mi amor

Que nadie mida mi amor contándote las costillas, y no me vendan pastillas para olvidar el dolor, quiero aguantar el rigor del tiempo, que no perdona, levantarme de la lona, acompañarte en la lona y no negarte jamás: Ni Judas, ni Barrabás, soy y seré... Maradona.

Cinéma vérité

Tuve la mano apretada de la chica que más me quiso debajo de un diluvio, un poco para no perdernos y otro poco para compartir lo que estábamos sintiendo en medio de un rocanrol atronador aquella noche en que Carlitos decidió que había que volver aunque el mundo se cayera a pedazos. Tuve u…

Entre los dedos con la arena vas vos

Hace cuatrocientos siglos que no dormimos juntos y ya casi no me pasa, pero a veces sí, me pasa. Despertarme porque siento que cruzás el brazo sobre mí y ponés tu mano en mi corazón y darme cuenta que no hay nada. Como le pasa a los amputados, pero con un cuerpo ajeno. Mejor pongo la pava…

Che, perdoná

Abasto llamando a Cecilia. ¿Me copiás?. Otra vez no dormí pensando en vos. Sé que te pasa lo mismo algunas veces. Escuchar música no ayuda. Empiezo con una canción y termino en cualquier lado. Ayer saqué tus últimas cosas a la calle. Eran giladas, pero necesito hacer espacio. Estoy pintan…

Sin medir distancias

La tarde que te fuiste comenzó a llover y no paró nunca más. Me quedé en el Bola Roja junto a una de las puertas esperando en vano que se apague el aguacero, viendo el trajín del mercado que nunca se detuvo: Los viejos Land Cruiser y Willys cargados de sacos de café, de plátano y banana, …

Sansueña

Nunca logré dejar del todo la otra orilla. Dicen que aún hay almohadas con tu rimel por Sayago. Y una botella mía a medias en un patio de la Aduana. Que el tiempo se ha quedado quieto. Eso dicen.