De Peckham o Brixton a South Kensington era siempre el 345, vueltero como pocos pero mucho más barato que tren y subte. Y después patear hasta llegar al parque donde está la casa y el jardín de la princesa Diana, cruzarlo, pasar por el Sainsbury'r o el TESCO por las Strongbow de 6 y los mini Magnum mini de oferta y lo que fuera a cocinar esa noche.
Uno de esos días era el casamiento de uno de los pibes, no sé si de William o del otro, y me quisieron hacer un reportaje para la tele y no les entendí un choto y salí huyendo con mi mejor cara de Virgil Starwell.
Fui muy feliz en mi tiempo en Londres, la segunda estadía, mucho más larga.
Es la ciudad de Europa que más he pateado, por lejos.
Ya me sabía los precios del supermercado y el santo y seña de la terracita secreta en Dalston Junction en el final del pasaje Abbot donde íbamos los viernes después de ayudar a pintar en los piratas de Hackney a cambio de café y masitas.
Anduve mucho solo, todo ese verano fue bastante así, hermosamente para adentro, pero los últimos días conocí a una Finlandesa que había ido a ver a Bjork al All Points East y como yo iba el día anterior a ver Yeah Yeah Yeahs pegamos onda y fuimos los 2 días y pintó amor hasta que un día me enteré que era casada porque... cayó el marido.
Me hice el gil todo lo que pude pero el flaco me quería fajar a toda costa, supongo que porque ella dijo algo, yo no les entendía un carajo y encima medía como dos metros, pero después del momento Samid se calmó todo, calculo que con alguna mentira de ella, y terminamos en un pub felices los 3, hablando el inglés de los borrachos, que es el único que vale la pena.
¿A qué viene todo esto, Jaime?.
A que el pub era el GOAT, justo enfrente de esta foto que subió hoy la Rana Valencia.
